YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

domingo, 15 de marzo de 2009

El seminario diocesano de Monte Corbán

Seminario de Monte Corbán.


Próximos a la celebración del Día del Seminario, vamos a detenernos en un antiguo monasterio que pasa un poco desapercibido para los santanderinos, tal vez por estar situado en el extrarradio de nuestra capital.
El antiguo monasterio de Santa Catalina de Monte Corbán, perteneciente a la orden de los Jerónimos, fue fundado hacia 1407 tras la bula otorgada por el Papa Benedicto XIII sobre una pequeña ermita existente con anterioridad que estaba regentada por cinco monjes, uno de los cuales, fray Pedro de Oviedo, fue prior del monasterio entre 1407 y 1418. En 1415 este cenobio se unió al de Santa Marina, al cual se había retirado fray Pedro de Hoznayo, arcipreste de Latas y canónigo colegial de Santander, y al que se trasladaron los monjes de Santa Catalina, hasta su regreso a Corbán en 1418. Las obras más destacadas llevadas a cabo en él datan del siglo XVIII, centuria en la que se renovó la mayor parte de la fábrica, construyéndose el claustro nuevo, la escalera principal y la ampliación del lado norte. A lo largo del siglo XIX los jerónimos fueron expulsados, sus bienes incautados por el Estado y el edificio utilizado por los soldados ingleses como cuartel durante las guerras carlistas. Finalmente, el antiguo monasterio fue convertido durante el obispado de Manuel Arias Teijeiro (1850-1852) en Seminario Diocesano para la formación del clero secular de la diócesis santanderina. Declarado en 2002 Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento, en la actualidad, cuenta con una biblioteca compuesta por 20.000 volúmenes y una destacada galería de retratos de los obispos de Santander. Por último reseñar la iglesia de San Román, fruto de la reconstrucción en el siglo XVII de un templo anterior. El seminario fue declarado Bien de Interés Cultural en 2002.



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