YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

martes, 21 de julio de 2009

El Monasterio de la Grande-Chartreuse

Monasterio de la Grande-Chartreuse, Saint Pierre de Chartreuse , Francia.


Situado en un sitio de asombrosa belleza en el Macizo de la Chartreuse, el Monasterio de la Grande Chartreuse data del siglo XI y es morada de los Hermanos de la Orden Cartuja, famosa entre otras cosas por el licor verde surgido de una receta ancestral que se elabora allí. La Correrie, en donde funciona el Museo de la Grande Chartreuse, es una puerta que conduce al universo espiritual y la vida en el interior del monasterio.
En 1084 fue fundada la Orden de los Cartujos, que hoy es una de las más antiguas de la Cristiandad. Bruno, profesor de la escuela que funcionaba junto a la Catedral de Reims, decidió seguir su vocación y dedicar su vida a dios en el ámbito monástico. Acompañado con otros seis religiosos llegó a Grenoble y allí, a 25 kilómetros de Voiron, reconoció a la montaña de Chartreuse como el sitio solitario y silencioso que buscaba.
Rápidamente se construyeron algunas celdas de madera, una galería que las unía a la capilla y algunos edificios para la vida comunitaria. Esta es una de las originalidades de la orden: a pesar de practicar el silencio y la soledad, también realza la importancia de la vida fraternal y solidaria. Con el correr del tiempo, se conformaron otros monasterios de Cartujos bajo las reglas de la Orden que fueron redactadas por Guighes en 1125, años después de la muerte de Bruno, en Calabria.
Hoy son 24 los monasterios cartujanos en vigencia. La Correrie, aquella primera construcción, fue recientemente restaurada y funciona en su interior el Museo de la Grande Chartreuse. Pueden recorrerse las celdas de los monjes, la Iglesia y el claustro. Audiovisuales, películas y fotografías narran la historia de la Orden de los Cartujos e introducen en la vida monástica. Una oportunidad única para conocer de primera mano las costumbres en el interior de un monasterio.

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails