YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

domingo, 16 de agosto de 2009

Álvar Núñez Cabeza de Vaca

Álvar Núñez Cabeza de Vaca


Célebre por sus andanzas y exploraciones en América, en el s. XVI. Nieto de Pedro de Vera, gobernador y conquistador de Gran Canaria. Su madre, Teresa Cabeza de Vaca, pertenecía a una familia de hidalgos de Jerez de la Frontera. La fecha de su nacimiento es incierta, siendo la más probable la de 1490. Tampoco su juventud es bien conocida. Su figura surge en la expedición de Pánfilo de Narváez a Florida, donde figuraba como tesorero de la flota. Las desdichas sufridas por Álvar N. y sus compañeros fueron narradas por él mismo, y de su relación se hizo una primera edición en Zamora en 1542, siendo luego reimpresa en Valladolid en 1555 y más tarde, en 1749, incluida en la colección de narraciones recopiladas por Barcia con el título de Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Por ella podemos conocer uno de los viajes más insólitos de todos los realizados por los españoles en América. En 1528 llegó la expedición de Narváez a la bahía de Tampa, desde donde emprendieron una marcha hacia el interior, penetrando en el territorio de los apalaches. Acosados por los indígenas, llegaron hasta el río Misisipí, donde para poder retornar al mar construyeron unas barcas con las cuales fueron a parar a una isla, frente a la futura Galveston, que Álvar N. bautizó con el nombre de Malhado. De los 300 hombres de la expedición sólo llegaron a ella 15. Un año más tarde, N. consiguió escapar al continente y, después de haber vivido seis años entre los indios, encontró en la costa de Texas a otros supervivientes de la expedición: Dorantes, Castillo Mal- donado y un negro llamado Esteban. Juntos decidieron escapar y, convertidos en curanderos, fueron avanzando hacia el O. En su marcha cruzaron el río Bravo, siguiendo su curso hasta llegar a lo que hoy es el Paso. Continuaron por Sonora hasta San Miguel de Culiacán. Diez meses duró el viaje, durante el cual atravesaron los territorios que actualmente están ocupados por Texas y por los Estados mexicanos de Chihuahua y Sonora. Las fantasías creadas con este viaje se convirtieron en un mito que actuó como imán para la conquista del Norte de Nueva España. Tras varios meses en México, N. volvió a España, donde en 1537 fue nombrado por Carlos V adelantado de los territorios del Plata. Poco después partía hacia su nuevo gobierno, pero debido a un naufragio tuvo que desembarcar en la isla de Santa Catalina. En ella se enteró del abandono de Buenos Aires y el establecimiento de Asunción. Después de enviar 150 hombres por mar hasta el estuario del Plata, decidió hacer el viaje por tierra atravesando el territorio de los indios guaraníes por las corrientes de los ríos 19uazú y Paraná, y consiguiendo llegar a Asunción en marzo de 1542. Su gobierno en Asunción se caracterizó por la buena política mantenida con los indios. Unido a los guaraníes, consiguió reducir a los indomables guaycurúes con lo cual quedó sometida la región del Chaco. Inició la penetración hacia el O, después de fundar en la orilla occidental del río el Puerto de los Reyes, donde dejó como maestre de campo a Martínez de Irala. Llegó hasta la región de Chiquitos, pero la selva se mostraba impenetrable y hubo de volver al Puerto de los Reyes, donde la situación era crítica. Durante su mandato, N. despachó dos expediciones: una al Chaco mandada por Francisco Rivera, que proporcionó noticias de los indios del interior, y otra al norte del río Uruguay, que fue portadora de leyendas tales como las Amazonas y Eldorado, que actuaron como fuerza impulsora para nuevos descubrimientos. Sus relaciones con los oficiales reales y con los españoles allí establecidos no fueron muy cordiales, y en abril de 1544 los asunceños apoyados por Irala se amotinaron contra el gobernador, apresándole y enviándole a España Juzgado por el Consejo de Indias, fue condenado a destierro en el presidio de Orán, y, después de ocho años, revocada su sentencia, fue nombrado juez de la Casa de Contratación de Sevilla. M. en dicha ciudad en 1564, habiendo llegado a ser presidente del Consulado según su sobrino Ruiz Díaz de Guzmán, quien escribió una historia de la conquista de la comarca platense.

E. VILA VILAR.
Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails