YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

martes, 25 de agosto de 2009

La iglesia de Santiago en Carrión de los Condes



El estallido de un polvorín durante la guerra de la Independencia, a comienzos del siglo XIX, destruyó buena parte del templo. Quedó a salvo la fachada occidental. Por ello, resulta difícil ubicar cronológicamente una iglesia que fue reedificada en 1849, aprovechando materiales de la primitiva.
La fachada se compone de una sencilla portada de columnas acodilladas, con capiteles figurados y fustes labrados que exhiben la representación de ángeles y motivos geométricos. La arquivolta interior está decorada con veinticuatro figuras, que representan oficios que evocan la vitalidad de la población de Carrión durante el siglo XII. Sin embargo, lo que más destaca de esta fachada es el friso escultórico que la corona. Se trata de una de las obras más sobresalientes del final del románico en la península (fines del siglo XII). Se compone de un Cristo Triunfante (Pantocrátor) rodeado de las representaciones simbólicas de los cuatro evangelistas (Tetramorfos).
A ambos lados, y enmarcados por arquerías, se disponen las figuras de los apóstoles. La figura de Cristo constituye una de las representaciones de mayor interés del románico hispánico, debido a su lejanía de lo convencional, y a su proximidad con la escultura clásica. El análisis de los rasgos faciales, el tratamiento dado al cabello y a la barba, y el dominio de la disposición de los pliegues de la vestimenta subrayan el gran talento del escultor que realizó la obra.
Destaca, asimismo, el volumen con que se dotó el conjunto de las figuras, rasgo éste muy presente en muchas de las grandes obras realizadas en el periodo de disolución del románico. El mejor reflejo de esta obra se encuentra en otra iglesia de la provincia de Palencia: la de Moarves.

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails