YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

sábado, 26 de septiembre de 2009

«Cuartel militar»: redundancia



La Fundación del Español Urgente advierte sobre la incorrección de llamar cuartel militar a lo que en español se llama cuartel.En las informaciones sobe los últimos casos de infectados por la gripe A en España se menciona con frecuencia el cuartel militar donde se detectaron dichos casos, y se hace sin tener en cuenta que basta con decir cuartel, pues ante esa palabra cualquier hispanohablante piensa en los militares.Se trata de una redundancia innecesaria, si bien es cierto que hay también cuarteles de bomberos, de policía… Pero cuando se habla de estos últimos siempre se menciona específicamente de qué se trata, precisamente porque si se dice solo cuartel de inmediato se piensa en el militar.La Fundéu BBVA advierte sobre esa redundancia innecesaria y recomienda que se vigile el uso erróneo de cuartel militar.

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