YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

domingo, 13 de septiembre de 2009

«Patología» no es sinónimo de «enfermedad»



La Fundación del Español Urgente recomienda que no se emplee la palabra patología como sinónimo de enfermedad.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, patología significa 'parte de la medicina que estudia las enfermedades' y 'conjunto de síntomas de una enfermedad'.

Pese a que el uso cotidiano también le ha dado el significado de 'enfermedad' y así lo recogen ya algunos diccionarios de uso, la Fundéu BBVA, que trabaja con el asesoramiento de la Real Academia Española, aconseja que patología solo se emplee para hablar de los síntomas de una enfermedad y no de la enfermedad en sí.

Por ejemplo, la gripe A es la enfermedad y la patología de esta enfermedad serán sus síntomas: fiebre, tos, dolores musculares, malestar general, etc.

Así pues, es preferible decir «Fallece un enfermo de gripe A que ya padecía diversas enfermedades, entre ellas diabetes», en lugar de «Fallece un enfermo de gripe A que ya padecía diversas patologías, entre ellas diabetes».

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