Está considerado, junto a Pablo Sarasate, el mayor representante de la escuela violinística española, en la que destaca como clasicista.
Jesús de Monasterio, nace en la villa de Potes el 21 de marzo de 1836. Su padre, Jacinto de Monasterio, gran entusiasta de la música, aprendió a tocar el violín y al ver que su hijo se emocionaba con la música, le compró un violín en un viaje que realizó a Valladolid. El niño comenzó a dominar el instrumento y su primer concierto en público lo dio en el Monasterio de Santo Toribio, ante sus paisanos lebaniegos.
Monasterio, recibe clases en Valladolid y Palencia; incluso, del primer violín de la catedral y en el año 1843, con siete años de edad, fue presentado en la Corte de Madrid siendo regente Espartero, como un niño prodigio en precocidad y talento musical, tocando ante la reina Isabel II. Su fama se extiende. Don Jacinto quiso llevar a su hijo al conservatorio de París, pero muere en el año 1845. Don Basilio Montoya, gran amigo de su padre, se convierte en tutor del violinista, interesándose en que continúe sus estudios.
Desde 1847 a 1851, Monasterio, estudia en Bruselas y en 1852 escribe un Nocturno dedicado a su madre, Isabel de Agüeros. En 1854, recorrerá Inglaterra, dando a conocer su Fantasía Española. Ese año, es nombrado violinista honorario de la Capilla Real de España y el 9 de marzo de 1857, es nombrado profesor de violín del Real Conservatorio. El año anterior le habían regalado un stradivarius de don Juan Gualverto González. Desde 1856 a 1861, Monasterio, está en Madrid y viaja cuando puede a Potes a visitar a su madre y a sus dos hermanas. En 1861, visita Alemania y toca en la catedral de Colonia.
El 4 de enero de 1862 toca en Bruselas Concierto y Rondó Liebanense, además de Adiós a la Alhambra, una de sus grandes composiciones.
A los 33 años se casa con doña Casilda de Rábago.
En 1863 funda junto con Juan María Guelbenzu la Sociedad de Cuartetos de Madrid con el propósito de dar a conocer obras de los grandes compositores de música de cámara. Fue pionera en la interpretación de la música camerística del clasicismo y el romanticismo europeo, principalmente, alemán. Ofrecieron una amplio repertorio de obras jamás estrenadas de autores como Mendelssohn, Brahms, Dvorak, o Svendsen, y, en ocasiones, Wagner. Posteriormente, con la colaboración del violonchelista Víctor Mirecki, también incluye música de cámara francesa, especialmente de Lalo y Saint-Saëns. También realizó un especial trabajo de promoción de compositores españoles, estrenando obras de Pedro Marqués, Ruperto Chapí y Tomás Bretón. En su primera temporada estaba integrado, acompañados por los pianistas Mariano Vázquez Gómez y Guelbenzu, los violinistas Rafael Pérez y el propio Monasterio, el violista Tomás Lestán, y el violonchelista Ramón Rodríguez Castellano, sustuido posteriormente por Mirecki. Sus giras fueron continuadas por toda España y Portugal, Francia e Inglaterra durante más de 30 años, y su presencia fomentó la creación de sociedades musicales similares en toda la Península. Se disolvió en 1894. Monasterio era el alma mater, era tal su influencia sobre este grupo que el propio Emilio Castelar popularizó una frase en la que afirmaba que la única autoridad indiscutible en España era la de Jesús de Monasterio al frente de los músicos de la Sociedad de Conciertos.
Ingresa en 1875 en la Academia de Bellas Artes y en 1887 crea la cátedra de perfeccionamiento de violín y música instrumental de cámara, pasando en 1893 a ser director del Conservatorio de Madrid, cargo del que dimitió por sentirse marginado por el Ministerio en la aplicación de las reformas por él propuestas.
De su amistad con la penalista Concepción Arenal queda una maravillosa Salve escrita por Concepción y con música del violinista.
En los primeros años del XX hace importantes donaciones al Real Conservatorio de Madrid que enriquecen sobremanera los fondos bibliográficos y documentales del centro.
En el año 1903 da su último concierto en El Sardinero (Santander), falleciendo el 28 de septiembre de dicho año en su casa solariega de Casar de Periedo, cerca de Cabezón de la Sal, lugar donde Monasterio tenía costumbre de retirarse en busca de inspiración. Moría uno de los músicos que más había hecho en el siglo romántico por introducir y potenciar la música de cámara en España.
El 30 de septiembre de 1906 se inaugura en su villa natal de Potes una escultura con su busto, obra del catalán Pedro Estany, frente a la iglesia parroquial y en la plaza que lleva su nombre. Es el reconocimiento de Potes al genial artista lebaniego. En la actualidad existe en Santander un Conservatorio de Música con su nombre. Gracias a la labor de gente como la pianista María Jesús García es posible la recuperación de la obra de Jesús de Monasterio.
Jesús de Monasterio, nace en la villa de Potes el 21 de marzo de 1836. Su padre, Jacinto de Monasterio, gran entusiasta de la música, aprendió a tocar el violín y al ver que su hijo se emocionaba con la música, le compró un violín en un viaje que realizó a Valladolid. El niño comenzó a dominar el instrumento y su primer concierto en público lo dio en el Monasterio de Santo Toribio, ante sus paisanos lebaniegos.
Monasterio, recibe clases en Valladolid y Palencia; incluso, del primer violín de la catedral y en el año 1843, con siete años de edad, fue presentado en la Corte de Madrid siendo regente Espartero, como un niño prodigio en precocidad y talento musical, tocando ante la reina Isabel II. Su fama se extiende. Don Jacinto quiso llevar a su hijo al conservatorio de París, pero muere en el año 1845. Don Basilio Montoya, gran amigo de su padre, se convierte en tutor del violinista, interesándose en que continúe sus estudios.
Desde 1847 a 1851, Monasterio, estudia en Bruselas y en 1852 escribe un Nocturno dedicado a su madre, Isabel de Agüeros. En 1854, recorrerá Inglaterra, dando a conocer su Fantasía Española. Ese año, es nombrado violinista honorario de la Capilla Real de España y el 9 de marzo de 1857, es nombrado profesor de violín del Real Conservatorio. El año anterior le habían regalado un stradivarius de don Juan Gualverto González. Desde 1856 a 1861, Monasterio, está en Madrid y viaja cuando puede a Potes a visitar a su madre y a sus dos hermanas. En 1861, visita Alemania y toca en la catedral de Colonia.
El 4 de enero de 1862 toca en Bruselas Concierto y Rondó Liebanense, además de Adiós a la Alhambra, una de sus grandes composiciones.
A los 33 años se casa con doña Casilda de Rábago.
En 1863 funda junto con Juan María Guelbenzu la Sociedad de Cuartetos de Madrid con el propósito de dar a conocer obras de los grandes compositores de música de cámara. Fue pionera en la interpretación de la música camerística del clasicismo y el romanticismo europeo, principalmente, alemán. Ofrecieron una amplio repertorio de obras jamás estrenadas de autores como Mendelssohn, Brahms, Dvorak, o Svendsen, y, en ocasiones, Wagner. Posteriormente, con la colaboración del violonchelista Víctor Mirecki, también incluye música de cámara francesa, especialmente de Lalo y Saint-Saëns. También realizó un especial trabajo de promoción de compositores españoles, estrenando obras de Pedro Marqués, Ruperto Chapí y Tomás Bretón. En su primera temporada estaba integrado, acompañados por los pianistas Mariano Vázquez Gómez y Guelbenzu, los violinistas Rafael Pérez y el propio Monasterio, el violista Tomás Lestán, y el violonchelista Ramón Rodríguez Castellano, sustuido posteriormente por Mirecki. Sus giras fueron continuadas por toda España y Portugal, Francia e Inglaterra durante más de 30 años, y su presencia fomentó la creación de sociedades musicales similares en toda la Península. Se disolvió en 1894. Monasterio era el alma mater, era tal su influencia sobre este grupo que el propio Emilio Castelar popularizó una frase en la que afirmaba que la única autoridad indiscutible en España era la de Jesús de Monasterio al frente de los músicos de la Sociedad de Conciertos.
Ingresa en 1875 en la Academia de Bellas Artes y en 1887 crea la cátedra de perfeccionamiento de violín y música instrumental de cámara, pasando en 1893 a ser director del Conservatorio de Madrid, cargo del que dimitió por sentirse marginado por el Ministerio en la aplicación de las reformas por él propuestas.
De su amistad con la penalista Concepción Arenal queda una maravillosa Salve escrita por Concepción y con música del violinista.
En los primeros años del XX hace importantes donaciones al Real Conservatorio de Madrid que enriquecen sobremanera los fondos bibliográficos y documentales del centro.
En el año 1903 da su último concierto en El Sardinero (Santander), falleciendo el 28 de septiembre de dicho año en su casa solariega de Casar de Periedo, cerca de Cabezón de la Sal, lugar donde Monasterio tenía costumbre de retirarse en busca de inspiración. Moría uno de los músicos que más había hecho en el siglo romántico por introducir y potenciar la música de cámara en España.
El 30 de septiembre de 1906 se inaugura en su villa natal de Potes una escultura con su busto, obra del catalán Pedro Estany, frente a la iglesia parroquial y en la plaza que lleva su nombre. Es el reconocimiento de Potes al genial artista lebaniego. En la actualidad existe en Santander un Conservatorio de Música con su nombre. Gracias a la labor de gente como la pianista María Jesús García es posible la recuperación de la obra de Jesús de Monasterio.
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