YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El Miserere de Hilarión Eslava



Miserere, de Hilarión Eslava. Coro Matritum Cantat. Orquesta Sinfónica de Madrid. Dir.: Luis Izquierdo. Iglesia de Jesus de Medinaceli. 22 de marzo de 2007


Miguel HILARIÓN ESLAVA y Elizondo, sacerdote, músico y compositor español, nació en Burlada, cerca de Pamplona, el 21 de Octubre de 1.807, y murió en Madrid el 23 de Junio de 1.878. Sus padres, propietarios de la casa solariega, conocida por el nombre de Benitorena, gozaba de buena posición económica y, a Hilarión Eslava, único hijo varón, y por tanto heredero de la estirpe familiar, le dieron una educación esmerada, dentro de las posibilidades que permitia aquella época en un pequeño pueblo. Hilarión Eslava tenía un talento especial y dedicaba gran esfuerzo a lo que hacía, por lo que a los 8 años terminó su educación primaria.

Circunstancias fortuitas de la vida hicieron que España haya podido contar con uno de los personajes más eminentes en el terreno musical. Don Mateo Jiménez, a la sazón, rector del Colegio de Infantillos, niños de coro de la catedral de Pamplona, paseando un día por las orillas del río que rodea y baña Burlada, pasó por delante de un grupo de chicos, y le llamó la atención uno con aspecto varonil y mirada inteligente: Hilarión Eslava. Entabló conversación con él y le preguntó si sabía leer. Él, con ese pronto navarro, le contestó que sabía leer, contar y también cantar. El maestro le pidió que cantase algo, y sin más, el chico le cantó una jota. Al maestro le encantó su afinación, su extensa tesitura y su voz clara, y le preguntó que si quería pertenecer al coro de la catedral. Hilarión Eslava contestó que sí. Pero consultados sus padres, que tenían en él el continuador de su familia y de su honrada fortuna como único varón de la casa, se opusieron. El capellán volvió a Pamplona sin su chico, que se quedó muy desconsolado.

Poco tiempo después el rector volvió a Burlada a buscar niños para el coro de la Catedral, yendo, como era su natural, a la escuela. El rector hizo cantar a muchos de los chicos, pero no encontró a ninguno adecuado para sus menesteres y pidió al maestro que buscara y trajera a Hilarión Eslava. Después de muchos ruegos y súplicas de clérigo, que en Navarra siempre ha tenido mucho predicamento, el rector venció la tenaz resistencia de sus padres. Así es como Hilarión Eslava ingresó en el Colegio de Infantillos de la Catedral, donde comenzó su formación musical el año de 1.816. Estudió solfeo con el propio rector, piano y órgano con el maestro D. Julián Prieto y en el seminario de Pamplona, como complemento, estudió humanidades bajo la dirección de D. Víctor Salinas.

El sitio de Pamplona de 1.823, le obligó a suspender sus estudios y a abandonar el Colegio de Infantillos. Durante los siete años que permaneció en el colegio, fue tal su aprovechamiento, que solo con aquellos conocimientos de solfeo ya compuso varias piezas musicales que fueron ejecutadas por sus compañeros. En ese mismo tiempo sustituyó un día, por azares de la vida, al organista de la Catedral, y su interpretación dejó a todos los miembros del cabildo sorprendidos, que ignoraban los conocimientos adquiridos por el joven músico de 16 años.

Cuando terminó el sitio volvió a Pamplona y se dedicó al estudio del violín, del violonchelo y del contrabajo, obteniendo de esta forma una plaza en la Catedral, pero con la obligación de tocar el violín, mientras cursaba en el seminario la carrera eclesiástica (1.824). Dos años más tarde, preparándose para hacer oposiciones para organista de Falces, y habiendo conseguido ya la de Roncesvalles, el cabildo de la Catedral le aumentó la asignación económica, pero añadiendo a sus ya largas obligaciones la de escribir algunas composiciones, tocar el órgano y cantar como contralto o tenor.

En esos años sus composiciones ya eran muy estimadas por su perfección y originalidad, de las que merece citar Motete a ocho voces, para orquesta y órgano obligado, estrenado en la octava de la Asunción que se celebra con gran suntuosidad en aquella Catedral. Solo contaba con 20 años y ya gozaba de gran reputación.

Hilarión Eslava deseaba perfeccionar sus estudios musicales y se trasladó a Calahorra el año 1.827, donde permaneció siete meses, estudiando y recorriendo todas las ramas de la composición, bajo la dirección del maestro de capilla D. Francisco Secanilla.

Vacante el magisterio de la capilla de la Catedral de Burgo de Osma, Hilarión Eslava obtuvo la plaza, previa rigurosa oposición, y aprovechó su residencia en aquella ciudad para cursar filosofía y ordenarse de diácono. Durante los cuatro años que ocupó esta plaza, compuso un gran número de obras religiosas y muchos villancicos, cuyas poesías escribió el mismo.

En los años de 1.829 y 1.830, estaban libres el magisterio de la catedral de Sevilla y el de la Capilla Real de Madrid. Hilarión Eslava se presentó a las dos oposiciones, y aunque se colocó en primer lugar en la primera, y en las sgundas el tribunal le reconoció un mérito superior, el cabildo de Sevilla se decidió por un opositor de Valencia, y el tribunal de Madrid consideró que su edad era poco apropiada para tan elevado cargo de maestro de capilla de Su Majestad.

En 1.832, cuando contaba veinticinco años, volvió a quedar vacante la metropolitana de Sevilla y el cabildo, para reparar sin duda la injusticia cometida con Hilarión Eslava en la anterior oposición, le nombró maestro de capilla, eximiéndole de nuevos ejercicios. A poco de tomar posesión de este cargo recibió las órdenes del prebiteriado, y cantó misa en la iglesia de la Encarnación. De esta época son sus célebres Misereres, sus Misas con pequeña orquesta y órgano, aprovechando los recursos que le proporcionaban los dos magníficos órganos de la catedral de Sevilla, losVillancicos de los bailetes de los Seíses, una Lamentación, y gran número de Motetes y Coplas.

En esta época es cuando preparó los elementos de su notable y famoso Método de Solfeo, publicado más tarde con general aplauso, dedicándose también a la enseñanza gratuita de la música.

El cabildo fue privado de sus rentas y a Hilarión Eslava le redujeron sus emolumentos a 400 ducados, situación que le obligó a buscarse nuevos recursos económicos dedicándose al arte dramático. Buscó para sus óperas poemas que no desdijeran del carácter sagrado de que estaba revestido, y, aunque cosechó éxitos y fama, no le faltaron disgustos y sinsabores, debidos a los escrúpulos del cabildo sevillano, que no vió con buenos ojos el nuevo camino emprendido por su maestro de capilla, a las intrigas entre bastidores y a la actitud hostil de la mayoría de los músicos de la corte.

Su primera ópera, Il Solitario (1.841), se estrenó en Cádiz con excelente éxito, y se representó en Sevilla y en Madrid, posteriormente, con gran aceptación del público. Su segunda ópera, Las treguas de Tolemaida (1.842), se estrenó también en Cádiz y representada en Madrid y otras capitales de provincia obtuvo grandes aplausos y éxitos. Su tercera ópera, Prieto il Crudele (1.843), estrenada en Sevila, no alcanzó la fortuna de las anteriores.

A la muerte de Rodríguez Ledesma (1.847), Hilarión Eslava se presentó de nuevo a las oposiciones del magisterio de la Capilla Real, obteniendo este cargo con el voto unánime del jurado.

Se estableció en Madrid y desapareció completamente del público, siendo al poco tiempo nombrado profesor del Conservatorio e inspector de sus enseñanzas, y más tarde (1.866), director de la sección de música del mismo.

Esta fué la época más fecunda de su vida por la publicación de importantísimos trabajos como: La Lira Sacro-Hispana (colección de obras de música religiosa de autores españoles), Museo orgánico español, Escuela completa de harmonía y composición, Historia de la música religiosa en España y Organistas españoles.

En la última etapa de su vida escribió un tratado sobre los Géneros de música, y reunió datos para una Historia del canto llano.

Si como sabio y didáctico brilló a gran altura, no alcanzó menos fama como compositor sagrado, como lo acreditan sus admirables obras como son: su Te Deum, su Misa de difuntos, Lamentaciones de Semana Santa, Secuentia de la misa de Pascua de Resurrección, su antífona Christus factus est, la Paráfrasis de la cántiga XIV de Alfonso el Sabio, unos Motetes a voces sólas, el Dies irae, el Oficio de difuntos con Te Deum, la Salve en re con Te Deum, la Misa de Cuaresma, sin orquesta; el Miserere, sin orquesta; el Stabat Mater, las Secuntia de las misas de Pentecostés y Corpus; la Salve en mi, la Letanía en mi, la Misa en la, el responso Libera me, y la Misa breve.

Hilarión Eslava, no fue ajeno a otras actividades: fundó la Sociedad artístico-musical y dirgió la Gaceta musical de Madrid. Era caballero de gran cruz de Isábel la Católica y de María Victoria, y comendador de la de Carlos III. Perteneció a la Academia de Bellas Artes de San Fernando y al Consejo de Instrucción Pública.

Como profesor de Conservatorio marcó una nueva era en la historia de este centro de instrucción como consecuencia de las profundas reformas que estableció, y, sobre todo, por las magistrales clases que impartió a sus alumnos, muchos de ellos eminentes músicos españoles.

Sus composiciones se caracterizan por su originalidad, severidad en la forma, riqueza de harmonía, clasicismo, sobriedad en la orquestación y admirable maestría en el manejo de las voces. Sobresalió en todos los ramos musicales y se distinguío siempre por sus vastos y profundos conocimientos musicales, así como por su claro criterio en todas las cuestiones que atañen a la música.

coralhilarioneslava.iespana.es

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