YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

jueves, 18 de marzo de 2010

Valencia en Fallas:ofrenda a la Virgen de los Desamparados




Este acto de devoción a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, se celebra desde el año 1945. En aquella época, las falleras dejaban los ramos de flores a los pies de la Virgen, junto al altar mayor de la Real Basílica.
En el año 1947, es tanta la afluencia de falleras, que se decide que la ofrenda tenga lugar en la Plaza de la Virgen, depositando las flores en un bastidor de madera que cubría los frontales de la Basílica.

Casi 60.000 falleros y 32.000 niños participan en la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, durante las fallas.

Las mujeres, vestidas con reproducciones de los trajes del siglo XVIII y XIX, portan un ramo de flores con el que se confecciona un gigantesco tapiz que forma el manto de la Virgen, en una enorme imagen de la patrona de Valencia que se ubica en la Plaza de la Virgen.
A mediados de la década de los 80, es tanta la afluencia de falleras a la ofrenda que se encarga a un artista fallero, José Azpeitia, la realización de una gigantesca imagen de la Virgen.

El manto se realiza con las miles de flores que depositan las falleras. El diseño cambia cada año.

Veintiséis "vestidores" se encargan de recoger los ramos de las falleras y ubicarlos en el lugar adecuado para confeccionar el manto de la Virgen.
El diseño del manto de la Virgen, que cambia cada año, permanece en secreto hasta que, según pasan las horas, se va dibujando con la colocación de los ramos.

Casi 10.000 músicos acompañan a las 383 comisiones falleras que participan en la ofrenda.

En la entrada a la plaza de la Virgen se viven los momentos de mayor emoción, cuando las falleras entregan sus ramos y no pueden contener el llanto.

Para la confección de este manto, 203 comisiones falleras portaron ramos de claveles rojos, 86 comisiones trajeron claveles blancos, y 87 comisiones trajeron claveles rosas.

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