José Gómez Ortega pertenecía a la familia Gómez, de la que formaron parte ilustres matadores de toros. A los doce años estaba integrado en una cuadrilla infantil, y posteriormente capitaneó, junto con Limeño, la famosa cuadrilla de niños sevillanos, que cosechó numerosos éxitos. Mató su primer toro en Sevilla en 1911, y allí tomó la alternativa un año más tarde, de manos de su hermano Rafael. Pronto se reveló como un torero brillante e intuitivo, además de un gran banderillero con especial talento para los naturales en redondo. Además de una técnica innata a la vez que responsable, ofreció a su público una amplia variedad de lances de capa y mató siempre de manera rápida y directa. Coincidió con Belmonte en numerosas ocasiones, y pronto se convirtieron en una pareja competidora célebre. En 1920, el toro Bailaor le asestó una cornada mortal en el coso de Talavera de la Reina.
YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.
domingo, 16 de mayo de 2010
La Tauromaquia
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Tauromaquia
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