YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

viernes, 30 de julio de 2010

¡Aquellos tiempos en Comillas...!



Filósofos, teólogos y canonistas de Comillas, curso escolar 1923-1924



Seminario y Universidad Pontificia de Comillas 1892-1968

Institución que, como «Seminario de Pobres», le propuso en 1881 el jesuita Tomás Gómez Carral (1837-1898) al capitalista Antonio López López (1817-1883), primer marqués de Comillas, quien aceptó su patrocinio, que continuó su hijo Claudio López Brú (1853-1925), segundo marqués de Comillas, y que comenzó su actividad en esa villa santanderina en enero de 1892 como Seminario Pontificio aprobado y erigido por León XIII, siendo reconocida en 1904 por Pío X como Universidad Católica erigida canónicamente. Después de setenta y cinco años de modélica actividad, decidieron en 1968 su «traslado» total a Madrid, tras haber decretado en 1960 el de la Facultad de Derecho Canónico, como delegación comillesa en la capital de España. Quedaron en Comillas unos inmensos edificios, de los que pronto de deshizo la Iglesia de Roma (con la condición de que los nuevos propietarios han de conservar la iglesia existente y «que no se de a los edificios un destino incompatible con la doctrina católica»). Propiedad durante años de Caja Cantabria, permanecieron inutilizados y en progresivo deterioro, privando a la hermosa localidad marinera, consumada la traición, de esa actividad escolar y académica que habían anhelado con gran esfuerzo sus promotores, hasta que en 2006 inició su actividad la Fundación Campus Comillas, que tiene previsto a partir de 2008 convertir a Cantabria (antigua provincia de Santander), a través de Comillas, en capital del Hispanismo y en capital del español (como propone el Plan de Gobernanza de Cantabria 2004-2007).

El emblema del Seminario y de la Universidad contiene referencias bien explícitas a las peculiaridades de la institución. Pueden distinguirse en él seis elementos, tres referidos al papado en general y los otros tres a personas o instituciones en particular: (a) El Papado: los tres elementos que hacen referencia al Papado son la tiara, el anillo y las llaves de San Pedro. La tiara compuesta por las tres coronas reales (que representan el triple carácter del Papa como Sumo Sacerdote, Maestro y Rey, o la triple realeza del Papa sobre la Iglesia militante, purgante y triunfante) rematadas por una cruz. Sobre el anillo, primera insignia de la dignidad del Papa, está inscrita la leyenda: «SUPRA MONTEM POSITA», que hace referencia a la rasa sobre la que se yergue su edificio, en Comillas. Las llaves del Reino de los Cielos o llaves de San Pedro representan la facultad de atar y desatar que Jesucristo concedió a San Pedro y fue transmitida por éste a sus sucesores, símbolo principal de la potestad papal y una de sus insignias, que en el ámbito católico sólo puede utilizarse en un contexto pontificio (se supone que la llave izquierda es de plata, potestad de atar, y la derecha de oro, potestad de desatar; están cruzadas con la empuñadura hacia abajo, las ranuras en forma de cruz mirando hacia la tierra y reunidas por un cordón que simboliza la unidad de poder). (b) El Papa León XIII. Dentro del anillo, sobre las llaves y bajo la tiara, un león rampante que mira hacia la izquierda y está dotado con trece garras y uñas, representa al papa León trece, que en 1890 (decimotercer año de su pontificado además) aprobó y erigió como suyo el Seminario de Comillas. (c) La Compañía de Jesús. La pata del león dotada con cuatro garras, donde con más fuerza se apoya el Papa León XIII, está sobre el escudo que contiene el monograma «JHS», abreviatura de Jesus Hominum Salvator, adoptado por la Compañía de Jesús como su marca, organización encargada de forma permanente del mantenimiento y dirección de la institución (la lectura humilde sería que el Papa coloca sus cuatro garras sobre el escudo de los jesuitas no tanto para apoyarse en ellos, cuanto para simbolizar el control, dominio y sumisión que pretende mantener sobre la Compañía, y que ella acepta). (d) El Fundador. Un áncora, símbolo del origen naval de su riqueza, bajo la corona marquesal y las iniciales entrelazadas «AL», de Antonio López, primer Marqués de Comillas, mecenas y fundador de la institución, puesta en su honor incluso bajo la advocación de su santo: «Seminario Pontificio de San Antonio de Padua en Comillas.»

[Este emblema con las siglas «AL» fue el que se utilizó habitualmente en Comillas –por ejemplo, después de la guerra civil, en la cubierta del libro de Nemesio González en 1942, en las contracubiertas de la revista Unión Fraternal en 1957, en el folleto de 1960 entregado al Congreso de la Prensa, &c.– aunque existe una variante en la que el áncora se entrelaza con la letra «C» de Comillas: por ejemplo en la portada del número 83 de la colección Temas españoles, dedicado en 1954 a El Marqués de Comillas, en plena campaña pro beatificación del segundo marqués, cuando convenía relegar al olvido la biografía más oscura de quien se ganó a pulso el marquesado: de hecho en ese opúsculo no aparece el nombre de don Antonio, al que sólo se menciona un par de veces de pasada, y se atribuye toda la gloria y el patriotismo a don Claudio, incluso la colaboración de la naviera López con el Estado en 1868, cuando el protobeato sólo contaba quince añitos.]


La primera piedra del edificio inicial del Seminario, que sería conocido como la Cardosa por el nombre del sitio donde Antonio López decidió construirlo, se colocó el 20 de mayo de 1883, ya fallecido el fundador. Diseñado por el arquitecto Juan Martorell a partir de elementos gótico-mudejares, y levantado bajo la dirección de su discípulo Cristóbal Cascante, forma un rectángulo de cien por sesenta metros: en 1889 ya estaba concluido, y fue ocupado por los primeros alumnos los días 7, 8 y 9 de enero de 1892. A partir de 1904, cuando el Seminario Pontificio pasó a ser también Universidad Pontificia, que podía conferir grados académicos, aumentó notablemente el número de alumnos, haciéndose necesaria una ampliación. (198 alumnos en 1905, 232 en 1908, 293 en 1910.)

En 1909 se iniciaron las obras de un segundo edificio, sencillo y sin mucho ornato, culminado en abril de 1912 como Seminario Menor, un pabellón largo y estrecho –114x14 metros– donde se trasladaron gramáticos y retóricos, quedando más cómodos filósofos, teólogos y canonistas en el edificio primitivo. El pabellón del Seminario Menor fue financiado por la señorita Carmen Zozaya, generosa dama donostiarra con fortuna de origen cubano. Este edificio fue conocido por los comilleses como la fábrica de harinas. Mientras, se fueron incorporando también nuevas fincas a la propiedad y en 1920 se levantaron instalaciones para la nueva imprenta de la Universidad. (384 alumnos en 1917.)

Después de la guerra civil se decidió establecer en Comillas un Colegio Máximo (como «Escolasticado» de la provincia jesuítica de León). Fue necesario levantar un tercer edificio, inaugurado en 1944, a continuación del Seminario Menor, una vez obtenidas por la Compañía las licencias requeridas para tal construcción «privada» sobre terrenos pontificios. El edificio del Colegio Máximo fue financiado en su mayor parte por el empresario bejarano Leandro Cascón Pablos (fallecido en 1954, hermano del jesuita Miguel Cascón, autor en 1937 de Menéndez Pelayo y la tradición y los destinos de España).

Por último, el resurgir de las relaciones políticas hispanoamericanas una vez acabada la segunda guerra mundial, facilitaba un renacer de la voluntad hispánica de la institución, y el 12 de diciembre de 1946, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, se puso la primera piedra del Pabellón Hispano-Americano, oficiando de madrina doña Mercedes Güell. Este inmenso cuarto edificio se fue construyendo detrás del Seminario Menor, y aunque el Hispanoamericano entró en servicio a finales de los años cuarenta, quedó inacabado. Pronto le pusieron de mote el cuartel de la Montaña.


El traslado de Facultades a Madrid desde 1960, culminado en 1968, supuso el inicio del fin de toda actividad en Comillas.


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