YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

lunes, 23 de agosto de 2010

Montañesismos



escullar. intr. (2ª acep.): Gotear o escurrir un líquido de una vasija u otra cosa.
hespirse. prnl.: Engreirse, envanecerse.
peal. m. (5ª acep.): Cuerda o soga con que se amarran o traban las patas de un animal.

Apuyaa:Se trata de un grito intraducible que de madrugada se lanzaba por las calles de pescadores el deputao o encargado de avisar, con el fin de saber que era la hora de hacerse a la mar. Después de la guerra, los domicilios de los pescadores fueron desperdigándose por la ciudad y, a falta de despertador, el grito se convirtió en algo tan personal como: Fulano, a la mar.

Rueño:Rueda de trapo que se colocaban las pescaderas entre su cabeza y el carpancho donde llevaban su mercancía para que éste tuviera mejor base.



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