El Centro de Estudios Montañeses es una institución cultural fundada en Santander en 1934. Desde diciembre del mismo año fue cronista oficial y entidad asesora en temas patrimoniales de la Diputación Provincial de Santander, siendo en la actualidad cronista oficial de Cantabria. Tiene importantes colaboraciones como entidad asesora de la Consejería de Cultura en materia de patrimonio cultural y heráldica.
Su órgano de difusión cultural es la revista Altamira, cuyo primer número corresponde a abril de 1934. En la actualidad ya han aparecido 76 números, aunque de manera muy irregular, incluyendo el paréntesis de diez años, entre 1935 y 1945, habido como resultado de la Guerra Civil y la crisis económica de la posguerra.
En septiembre de 1934 apareció la primera publicación monográfica La escultura funeraria en la Montaña, fruto de la colaboración de Elías Ortiz de la Torre, Francisco y Fernando González-Camino Aguirre y el marqués de Saltillo. Desde entonces el CEM ha publicado más de cien títulos.
La nómina de presidentes tiene destacadas personalidades de la cultura y de la sociedad de Cantabria. Miguel Artigas y Ferrando, antiguo director de la Biblioteca Menéndez Pelayo y de la Nacional desde 1930, fue presidente del patronato fundador. A partir de entonces han sido presidentes de la Junta de Trabajo los siguientes: Fermín de Sojo y Lomba, Marcial Solana y González-Camino, Fernando Barreda y Ferrer de la Vega, Fernando Calderón y Gómez de Rueda, Joaquín González Echegaray, José Luis Casado Soto, Emilio Herrera Alonso y Leandro Valle González-Torre.
Desde su fundación, las principales figuras de la cultura en Cantabria han tenido vinculación con el Centro de Estudios Montañeses. La Diputación Provincial delegó en él una gran parte, cuando no todas, de las actividades que tuvieran que ver con la historia local o su incidencia en la nacional o universal. La Diputación le cedió unos locales en 1939, que el CEM dedicó a Archivo Provincial, germen del actual Archivo Histórico Provincial.
En 1948 recibió el Premio Virgen del Carmen a las entidades culturales por su contribución a la celebración del VII centenario de la conquista de Sevilla y al milenario de la Armada de Castilla.
En 1957 el Banco de Santander publicó una obra histórica, Aportación al estudio de la historia económica de la Montaña, para conmemorar el centenario de su fundación. Todas las tareas de estudio y edición de la obra fueron encargadas a los miembros del Centro de Estudios Montañeses.
En 1964 respondió positivamente a un informe solicitado por la Diputación Provincial sobre el cambio del nombre de Santander por Cantabria, referido a la provincia.
En 1967, al crearse la Institución Cultural de Cantabria, fue una de las instituciones fundadoras y la que durante más tiempo ha estado vinculado a ella, habiendo asumido en la actualidad algunas de las funciones que aquella tuvo.
En 1974 celebró sus primeros cuarenta años con una semana de conferencias que fueron celebradas en el salón de actos de la Diputación y posteriormente publicadas en dos volumenes.
En 1998 el Centro de Estudios Montañeses fue el encargado de organizar la Asamblea anual de la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (CECEL).
Durante algunos años se celebraron ciclos de estudios históricos, pero actualmente esta actividad ha desaparecido del proyecto anual del CEM.
El actual presidente, Leandro Valle González-Torre, fue elegido en 1996.
Tras un largo periplo por varios locales de la ciudad de Santander, dependiendo siempre de la voluntad del Ayuntamiento o de la Diputación, en la actualidad está situado en la calle Gómez Oreña 5, 3º de Santander. El edificio fue construido en 1935 por el Ateneo Popular de Santander, según proyecto de su presidente, el arquitecto Deogracias Mariano Lastra.
En la actualidad el edificio es propiedad del Gobierno de Cantabria, que lo destina a sedes del Centro de Estudios Montañeses y del Ateneo de Santander.
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