YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

martes, 1 de febrero de 2011

Pablo Celis Cuevas, el montañés que creó "El Bombero Torero"






Pablo Celis Cuevas (El Bombero Torero). (El Tejo, Santander, 1900–1969).

Fué el creador del personaje de ‘El Bombero Torero’. Comenzó a trabajar con 13 años como tramoyista en los teatros de Madrid, ciudad a la que emigró su padre con una recomendación del marqués de Comillas, que le colocó como empleado de la Asociación de Ganaderos del Reino. Fué al comienzo del siglo XX, cuando se inició en el mundo de los toros, participando en capeas y sueltas de vaquillas. Pronto comenzó a actuar como torero cómico imitando a Charlot, de moda por entonces. Pablo Celis conoció en el Teatro Novedades, uno de sus lugares de trabajo, a un bombero de guardia, con quien trabó amistad y a quien decidió imitar en los ruedos; de él copió su indumentaria y su largo y lacio bigote. Con 18 años debutó en Madrid en un festival a beneficio de los niños rusos refugiados en España por la Primera Guerra Mundial. Inventor de numerosas suertes, entre ellas, el pase del desprecio o las de banderillear sentado en el suelo o saltando por encima de la res, se presentó en la Maestranza de Sevilla el 18 de julio de 1930, con un gran éxito, repitiendo cinco días después con el cartel de «no hay billetes». Al año siguiente consiguió actuar en 118 ocasiones. Durante el transcurso de la Guerra Civil toreó vestido de luces en Francia. En 1938 regresó a España, donde, nuevamente, volvió al papel que le dio la fama. En 1952 formaron parte de su espectáculo sus hijos Eugenio y Manolín, que, junto a su padre y el también torero cómico, Laurelito, tuvieron que pasar por la enfermería de la Monumental de México. En 1953 surgió un nuevo espectáculo de ‘El Bombero Torero’, que incorporó en su grupo a ocho enanitos. Debutaron en Orán (Argelia). El espectáculo fué cogiendo auge, triunfando fuera de los circuitos taurinos habituales, como China (en 15 ocasiones) o El Líbano. Tras 43 temporadas en activo, Pablo Celis se retiró en 1961 en Bogotá. El espectáculo continuó en manos de sus hijos Eugenio y Manuel acompañados siempre por Arévalo, el cual sentó cátedra con sus imitaciones de Charlot y Cantinflas, también su hijo el famoso humorista Paco Arévalo comenzó su andadura como torero cómico en el Bombero Torero. Algunas figuras del toreo como Antoñete, Manzanares, el Niño de la Capea entre otros, en sus comienzos fueron en el apartado de lidia seria del espectáculo.
Ya desde 1997 son los nietos de Pablo Celis, Rafael y Carlos quienes siguen la tradición. (Fuente: Gran Enciclopedia de Cantabria).






Fotos:www.bomberotorero.com

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