YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

sábado, 16 de abril de 2011

Carlos Alonso González "Santillana"

www.realmadrid.com Carlos Santillana, como se le conoció en el mundo futbolístico, nació el 23 de agosto de 1952, en Santillana del Mar (Cantabria). Comenzó a practicar el fútbol de competición en su pueblo natal, pero al poco tiempo fue fichado por el Satélite, equipo de Barreda, un pueblo cercano a Santillana. Allí, en la categoría infantil, tuvo su primer entrenador, Valentín Cuétara, del que siempre guardó un grato recuerdo. Dentro de este mismo Club llegó a jugar en Tercera División a las órdenes de Trueba. En los comienzos, Santillana no tiene aún muy claro cuál será su posición en el terreno de juego. Habitualmente juega de interior, pero poco a poco fue despertando el interés entre algunos ojeadores de la zona. Internacional juvenil y salto a la fama Finalizando la década de los sesenta, la carrera deportiva de Santillana sufre un vuelco espectacular. El joven jugador cántabro es seleccionado por José Emilio Santamaría para formar parte de la selección Nacional Juvenil que se enfrentó a Francia. Al año siguiente, en la temporada 1970/71, ficha por el Racing de Santander, equipo en el que consigue el “Pichichi” de la categoría. Un hecho nada extraño, ya que poco antes había demostrado su capacidad goleadora al lograr el mismo galardón en la categoría Regional de Cantabria. Con los calores de agosto de 1971, salta la noticia. El Real Madrid cierra una operación que al tiempo sirve para saldar una deuda de ventiséis millones de pesetas que el conjunto cántabro mantenía con el Real Madrid. En la lista de adquisiciones estaban los nombres de “Ico” Aguilar, Corral y de un chaval al que llamaban Santillana y que a la fecha aún no había cumplido los diecinueve años. A punto de retirarse del fútbol En mil novecientos setenta y dos Carlos Santillana atraviesa el momento más amargo de su carrera. Unos restos de sangre en la orina, tras un partido en Sarriá, alertaron a los médicos del Real Madrid que, tras someterle a diversos exámenes clínicos, optan por solicitar la intervención del doctor Sánchez Cañas, uno de los urólogos más prestigiosos del momento. Pese a que la noticia es guardada con celo, el 7 de mayo de ese mismo año salta a la portada de todos los rotativos del país. Santillana padece una importante anomalía congénita, estando colocados sus dos riñones en la misma parte del cuerpo. El impacto fue verdaderamente impresionante, llegando a sonar con insistencia el rumor de que tenía que abandonar los terrenos de juego. Al final, y tras consultar con el propio jugador, los doctores le indican que puede seguir ejerciendo su profesión. Superado el percance, terminó la temporada consiguiendo ser el máximo goleador del equipo tanto en Liga como en Copa de Europa, aunque con el sinsabor de no haber conseguido ningún título. Un año para olvidar en el que su única alegría fue haber participado en el homenaje a su paisano Gento. La delantera madridista alineó en aquella ocasión a Bene, Santillana, Eusebio, Dobrín y Paco Gento Aquella final de París Al margen de presentar un palmarés difícilmente superable, y pese a haber sido en dos ocasiones campeón de la UEFA, en la retina de Santillana siempre perdurará la final de la Copa de Europa perdida el 27 de mayo de 1981 en el Parque de los Príncipes. Previamente se había eliminado a Limmerick, Honved, Spartak e Inter de Milán, siendo derrotados en la final por el Liverpool. El Real Madrid formó esa noche con Agustín; García Cortes (Pineda), Sabido, García Navajas, Camacho; Angel, Del Bosque, Stielike; Juanito, Santillana y Cunningham. El único gol del encuentro fue materializado por Alan Kennedy. Otro momento gris hace referencia a la final disputada ante el Aberdeen en 1983. El escenario fue en esta ocasión el estadio Ullevi de Göteborg. El Real Madrid formó con Agustín; Juan José, Bonet, Metgod, Camacho; Angel, Gallego, Stielike; Juanito, Santillana e Isidro. Los primeros noventa minutos concluyeron con empate a un tanto –goles de Black y de Juanito-, logrando la victoria para los escoceses Hewit en la prórroga. De nuevo un equipo británico nos había apeado de la gloria continental. UEFA y Selección Nacional Esas dos espinas en el corazón de Santillana fueron paliadas con las dos copas de la UEFA conseguidas por el Real Madrid –ediciones del ochenta y cinco y del ochenta y seis- después de llevar diecinueve años sin lograr ningún entorchado europeo. Ambos títulos estuvieron marcados por un factor, “el miedo escénico”, del que Carlos Santillana fue uno de sus principales protagonistas. Pese a cosechar malos resultados fuera del Bernabéu, el Real Madrid supo explotar al máximo el factor campo, remontando en Chamartín eliminatorias que ya parecían zanjadas de antemano. Videotón y Colonia tuvieron que inclinarse en esta ocasión ante el Real Madrid. Entre las remontadas más importantes cabe destacar la conseguida ante el Borussia, el once de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco, con un cuatro a cero que anulaba el cinco a uno en contra de Moenchengladbach; Santillana consiguió el gol de la victoria en el último minuto de la contienda. Sus compañeros en aquella noche mágica fueron: Ochotorena; Chendo, Sanchis, Maceda, Camacho; Míchel, Gordillo, Butragueño; Juanito, Hugo Sánchez y Valdano (Santillana). En el minuto 89 Santillana marcaba el gol que nos adentraba en el mundo de la leyenda con aquellas remontadas históricas. Un gol digno de un hombre de su carácter y entrega. Internacional Su palmarés se cierra con su intervención en la Selección nacional, cuya camiseta defendió en cincuenta y tres ocasiones. Debutó con ella en mil novecientos setenta y cinco, marcando en esta trayectoria un total de quince goles. Participó en dos mundiales, Argentina y España, consiguiendo ser subcampeón de Europa en mil novecientos ochenta y cuatro, de nuevo en el Parque de los Príncipes ante Francia. En la fase de clasificación, Santillana fue uno de los principales autores de la gesta del doce a uno a Malta, uno de los resultados más importantes de la historia del fútbol español. El veintidós de mayo de mil novecientos ochenta y ocho, disputó su último partido oficial con el Real Madrid ante el Valladolid, encuentro en el que su Club celebró la consecución de su vigésimo tercer título de Liga. Fue la última noche en la que la cabeza de Carlos Santillana volvió a surcar el cielo de Chamartín. Características Posiblemente, el mejor rematador de cabeza que haya habido jamás. Tenía una potencia de salto descomunal. Se paraba en el aire y conectaba con el balón. Formó una sociedad mítica con Juanito.

1 comentario:

CARLOS CC dijo...

Sin duda alguna, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol y el mejor rematador d cabeza que he visto en mi vida además de una extraordinaria persona.
Un abrazo paisano y felicidades por tu blog..

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