YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

jueves, 12 de abril de 2012

Luis Tristán de Escamilla:San Francisco de Asís en Oración.


 Luis Tristán de Escamilla:San Francisco de Asís en Oración.Palacio Arzobispal de Toledo



Luis Tristán de Escamilla, también conocido como Luis de Escamilla o Luis Rodríguez Tristán (Toledo, 1585 - Toledo, 1624), pintor español del Manierismo, perteneciente al Siglo de Oro. 

Hijo de comerciantes y artesanos toledanos, entró a trabajar como obrador de El Greco, cuyo estilo imitó (hasta el punto de haber confundido en ocasiones a los críticos, que han atribuido obras de cada uno al que no era); con él estuvo entre 1603 y 1606, pero luego marchó a Italia, donde estuvo desde 1606 a 1613. Se le considera el principal discípulo del pintor toledano, fuera del hijo de éste, Jorge Manuel Teotocópuli. 

Tristán, trabajó toda su vida en Toledo. No estilizó tanto las figuras como su modelo e intentó matizar un Manierismo ya pasado de moda con el enfoque naturalista en los pormenores y el tratamiento de la materia, enfoque que provenía del caravaggismo italiano y los ecos de la Contrarreforma. Su estilo es muy persona, con un tono de áspera gravedad, de gamas terrosas sobre las que brillan toques de intenso colorido luminoso, superior al de su maestro. 

Aparte de algunos retratos de acusado realismo (Anciano, El calabrés, El Cardenal Sandoval, etcétera), su obra principal es de temática religiosa, en los que presenta las figuras alargadas y distorsionadas y las composiciones del maestro, pero introduce elementos de la vida cotidiana como cuota al gusto naturalista que se terminó imponiendo y sus figuras presentan mayor peso. Acaso la más importante es el conjunto realizado para el retablo del Altar Mayor de la Catedral de la Mancha en Yepes (Toledo), fechado en 1616, con seis escenas de la vida de Jesús y ocho medias figuras de santos. En la Guerra Civil se destruyeron las esculturas de santos del retablo, que se perdieron, pero los lienzos desgarrados pudieron repararse en el Museo del Prado, y se devolvieron en 1942; en este museo pueden contemplarse de esta obra Santa Mónica y Magdalena. Otras obras suyas son San Luis repartiendo limosna (Museo del Louvre), y La ronda del pan y del huevo (Museo Santa Cruz, Toledo). 



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