YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

sábado, 29 de diciembre de 2012

A la puerta de un rico avariento

A la puerta de un rico avariento (campanilleros)
a la puerta de un rico avarientollegó Jesucristo y limosna pidióy en lugar de darle una limosnalos perros que había se los achuchóy Dios permitióque los perros al momento rabiarany el rico avariento pobre se quedó
dos pastores corrían pa un árbolhuyendo a una nube que se alevantócayó un rayo, a nosotros nos librey a uno de ellos lo acarbonizópero al otro noque llevaba la estampa y reliquiade la Virgen pura de la Concepción
si supieras la entrada que tuvoel rey de los Cielos en Jerusalénno quiso ni coches ni calesassino un jumentito que alquilaíto fuequiso demostrarque las puertas divinas del Cielotan sólo las abre la santa humildad




A la puerta de un rico avariento (campanilleros)


a la puerta de un rico avariento
llegó Jesucristo y limosna pidió
y en lugar de darle una limosna
los perros que había se los achuchó
y Dios permitió
que los perros al momento rabiaran
y el rico avariento pobre se quedó




dos pastores corrían pa un árbol
huyendo a una nube que se alevantó
cayó un rayo, a nosotros nos libre
y a uno de ellos lo acarbonizó
pero al otro no
que llevaba la estampa y reliquia
de la Virgen pura de la Concepción




si supieras la entrada que tuvo
el rey de los Cielos en Jerusalén
no quiso ni coches ni calesas
sino un jumentito que alquilaíto fue
quiso demostrar
que las puertas divinas del Cielo
tan sólo las abre la santa humildad

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