YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

jueves, 8 de agosto de 2013

El laureado cabo montañés Ramón Fernández Sáez





Año de 1924.Guerra de África.Ramón Fernández Sáez (San Cristóbal de Iguña, 1901) es Cabo del Regimiento de Infantería de Ceuta. Habiéndosele encomendado la misión de proteger la aguada al mando de cinco soldados, recibió el grupo una descarga del enemigo a muy corta distancia, resultando herido, en unión de tres los soldados y muerto otro de ellos. En unión de dos de los soldados, uno ileso y otro herido leve, se defendió con gran bravura, hasta que llegó el socorro, impidiendo que el enemigo se apoderase del armamento.



El cabo de Infantería don Ramón Fernández Sáez, no recibiría la Cruz Laureada hasta el 17 de abril de 1936 por una acción cometida el 13 de agosto de 1924. En ese día salió del blocao «Serrana» al mando de cinco individuos para proteger la aguada, y cuando de regreso se encontraban a una distancia aproximada de un kilómetro recibieron una descarga del enemigo a bocajarro, tras la cual, aunque resultó herido, resistió haciendo fuego en unión de dos soldados,uno ileso y el otro herido leve, impidiendo que el enemigo, superior en número, se apoderase del armamento de un soldado que había resultado muerto y del
de otros dos con heridas graves, ordenando armar el cuchillo bayoneta para resistir de esta forma, en caso necesario e impedir que el enemigo, muy próximo, se acercara al muerto y a los heridos graves, continuando
haciendo fuego, teniendo a raya al enemigo hasta la llegada de las fuerzas de socorro, ante cuya presencia huyó aquél, siendo retirados a la posición el muerto y los heridos con todo su armamento. El cabo Fernández Sáez pudo lucir la Cruz Laureada en vida, ya que la herida que sufrió durante la acción no fue mortal.




ABC, 24 de abril de 1936


 En palabras de Marisa Fernández, nieta del héroe montañés," a lo largo de su vida mi abuelo volvió a su vida cotidiana y trabajó en Trefilerías Quijano en Los Corrales de Buelna.... La empresa le hizo homenaje en alguna ocasión e incluso le regalaron un reloj de oro y rubíes premiando su hazaña... Lejos de hacer uso abusivo de su medalla lo único que hizo fue proteger a sus vecinos y amigos del uso de poder abusivo que hacían algunas autoridades desaprensivas con mucho poder en aquellos tiempos... Presentándose en algunas ocasiones en la Guardia Civil a sacar a algún vecino de apuros ó encarándose con algún desalmado en ocasiones....
Años después murió con 59 años... La metralla que tenía en el cuerpo no le mató de forma instantánea pero.... no lo dejó vivir muchos años... murió en 1960"

¡Gracias por la información, Marisa!








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