YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

martes, 24 de septiembre de 2013

Kalín, el último raquero




Nicolás Ochoa, 'Kalín', hombre polifacético, siempre cercano a la mar, y uno de los últimos raqueros que hacían ostentación de serlo. 'Kalín' nació en Tetuán y vivió toda su vida próximo a esta popular calle santanderina. Sus primeros 'coles', como no, tuvieron lugar en Puertochico, de donde acompañado de varios amigos sacaba del agua las monedas que le lanzaban turistas y curiosos. Nunca renegó de esta condición y, orgulloso, rebatió a todos los que, con el tiempo, se burlaron de estos 'chavales'. «Soy raquero y a mucha honra» solía repetir en sus intervenciones radiofónicas En su niñez también practicó gimnasia deportiva, aunque la enfermedad de la polio le provocó una notable cojera, que no le impidió tampoco realizar múltiples exhibiciones acrobáticas en moto, en los Campos de Sport de El Sardinero. Con el tiempo se convirtió, junto con su hermano, en el propietario de la gasolinera que surtía de combustible a los barcos de Puertochico. También fue copropietario de la de Valdecilla, pero él no quiso abandonar la zona de su niñez. Durante décadas regentó en la calle Castelar un comercio de ropa deportiva que se convirtió en lugar de encuentro de pescadores y de los hombres de mar, que acostumbraban a pasar por el establecimiento para saludar a 'Kalín' e informarle de sus últimas capturas. En los últimos años se transmutó en un personaje mediático gracias a las intervenciones que realizaba en Radio Popular. Todo empezó tras una llamada telefónica al programa que presentaba el periodista Javier Rodriguez, que al final consiguió convencerle para que fuera colaborador semanal de la emisora donde ha permanecido hasta hace unos meses. Sus recuerdos de aquel Santander costumbrista que él vivió le inspiraron para publicar el libro de memorias titulado 'El Puertochico que yo conocí' y que presentó, en el año 2007, el por entonces alcalde de Santander, Gonzalo Piñeiro, y el pintor José Ramón Sánchez.

2 comentarios:

Ricardo Vega Usle dijo...


Que gran recuerdo tengo de mi amigo "Kalin".

Este si que era un "santanderino" de Puertochico.

Ricardo Vega Usle dijo...



Tengo un gran recuerdo de mi amigo "Kalín", este si que era
un "santanderino" de Puertochico.

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