YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Recordando la figura del indiano…



Muchas escuelas de Cantabria fueron construídas por indianos



Indiano:

Dicho de una persona que vuelve rica de América.
Marchaban desde Galicia, Asturias y Cantabria,
en viaje clandestino u oficial,
portando sueños de prosperidad alimentados de historias y leyendas.
Su incierto destino estaba en Cuba,
pero también en México, Argentina, Venezuela, Chile y Perú.
Los sueldos retenidos hasta los 25 años
eran la piedra sobre la que asentar su ansiado triunfo y éxito en los negocios,
llegando a convertirse su mentor en socio capitalista.
Sólo unos pocos consiguieron la ansiada fortuna
y el suficiente capital para volver a su tierra natal
habiéndose labrado un sólido porvenir.
Una vez aquí, construirían una opulenta casa señorial y favorecerían a sus vecinos
realizando obras de una forma totalmente altruista.

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