YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

martes, 20 de enero de 2009

Con buenas palabras


Iniciamos una nueva sección del blog dedicada al arte con la palabra, en sus diversas variedades expresivas.
Empezamos con un poema de José Luis Carreño Etxeandia, poeta contemporáneo.
Y es rezar
Y es rezar -¡qué rezar!- decir: "te quiero",
y lo es -¿no lo iba a ser?- decir: "me pesa";
y el "quiero ver" del ciego,
y el "límpiame" angustioso de la lepra;
las lágrimas sin verbo de la viuda;
y el "no hay vino" en Caná de Galilea.
Y es oración, con la cabeza gacha,
después de un desamor, gemir: "¡qué pena!".
Cualquier sincero suspirar del alma,
cualquier contarle a Dios nuestras tristezas,
cualquier poner en Él nuestra confianza,
y esta vida está llena de "cualquieras"-
todo tierno decir a nuestro Padre,
todo es rezar...¡Y hay gente que no reza...!
José Luis Carreño Etxeandia.

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