YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

jueves, 17 de diciembre de 2009

José Patiño

José Patiño (1670-1736)



José Patiño (1670-1736), Estudio en el Colegio de los Jesuitas de su ciudad natal, ingresando en la Compañía aunque no se ordenó. Felipe V le llamó como colaborador durante la Guerra de Sucesión y entre 1711-1713 recibe los nombramientos de intendente de Extremadura y superintendente de Cataluña, ocupándose después de la presidencia de la Junta Superior de Gobierno y Justicia del Principado, poniendo en marcha las primeras reformas financieras y las normas que permitirán la confección del Catastro en 1716. Al año siguiente recibe de Alberoni los cargos de intendente general de Marina y Ejército y presidente del Tribunal de Contratación de Indias, poniendo en marcha un ambicioso destinado a la reforma de la Marina y la potenciación del comercio con las Indias a través de la creación de compañías. Será uno de los promotores del traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz donde se construirán en 1724 los astilleros de La Carraca. También se encargará de organizar las expediciones a Cerdeña y Sicilia con las que Isabel de Farnesio pretendía situar a sus vástagos en los territorios italianos. La caída de Alberoni arrastró a Patiño, siendo encarcelado y procesado para conseguir después la absolución. Desde este momento empieza una nueva carrera ascendente, siendo designado en 1726 secretario de Marina e Indias y poco después de Hacienda. La política del país estaba en sus manos, intentando mantener la herencia de los infantes en Italia. Intentó poner en marcha el Catastro y como secretario de Guerra organizó la victoriosa campaña de Orán (1732). Dos años más tarde se aúpa a la secretaría de Estado, ocupando el cargo hasta su muerte.
(www.artehistoria.com)

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