YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

viernes, 27 de mayo de 2011

Philippe de Champaigne: Retrato

Retrato de un hombre.1650. Óleo sobre lienzo. 91 x 72 cm. Musée du Louvre, Paris.




Philippe de Champaigne, Bélgica(1602-1674).Aunque nació en Bruselas se le considera como pintor francés. Cuando llegó a París en 1621 trabajó en la decoración de los palacios más importantes.

Champaigne pintó escenas religiosas e históricas llenas de colorido, en las que se percibe la influencia de Petrus Paulus Rubens, y destacó en la ejecución de retratos al estilo realista y detallado de tradición flamenca.

A partir de 1640 pintó retratos de dirigentes jansenistas reflejando el espíritu racional francés. Una obra excepcional es El exvoto (1662, Louvre), en la que representa a su hija, una monja jansenista, que se curó de una parálisis gracias a la oración.

Falleció en París en 1674


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