El acordeonista hace a veces el gesto súbito y arrebatado de aquel a quien se le escapa una pila de libros.
En la cresta del gallo se está viendo la tijera del creador dándole los últimos cortes.
El camello tiene cara de cordero jorobado.
Las ranas se tiran al estanque como si se echasen al correo.
El caballo con la cabeza baja mientras pace parece estar leyendo el paisaje como un corto de vista
Lo que pone más rabiosa a la ballena es que la llamen cetáceo.
El camello está siempre apolillado.
Tener una mosca cogida en el hueco de la mano es como haber pillado cautivo un murmullo o un calambre.
A veces un beso no es más que chewing gum compartido.
En la manera de matar la colilla contra el cenicero se reconoce a la mujer cruel.
El beso es la huella de un matasellos en una tarjeta postal.
La morcilla es un chorizo lúgubre.
Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.
La raya del pelo es feliz.
Al ombligo le falta el botón.
Franklin salía los días de tormenta con un paraguas dotado de pararrayos
Los bostezos son oes que huyen
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