YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Joaquín Vara del Rey,un héroe Ibicenco defendiendo Cuba de EEUU



Joaquín Vara de Rey y Rubio Un héroe Ibicenco defendiendo Cuba de EEUU


Joaquín Vara de Rey y Rubio nació en Ibiza, Islas Baleares, en 1840. Se graduó en el Colegio General como subteniente, ascendiendo al rango de teniente en 1862. Combatió las rebeliones de Cartagena y Valencia y luchó contra los carlistas. En 1884 solicitó su traslado a Filipinas, donde permaneció hasta 1890, tras servir como Capitán General de Filipinas y Gobernador de las Islas Marianas.

De regreso a España fue comandante de la guarnición de Ávila hasta abril de 1895, cuando se presentó voluntario para servir en Cuba. Fue comandante militar de Bayamo y mandó el regimiento que luchó en la batalla de Loma de Gato en la que murió José Maceo, hermano de Antonio Maceo, y por la que fue nombrado brigadier general.

Tras el desembarco norteamericano en la isla, el general Shafter envió al 5º Cuerpo de Ejército contra Santiago de Cuba el día 1 de julio de 1898. Desde el día anterior, las tropas norteamericanas y sus aliados cubanos habían estado tomando posiciones al lado este de la ciudad con la intención de comenzar el ataque al amanecer.

El 5º Cuerpo estadounidense estaba organizado en tres Divisiones y dos Brigadas independientes que sumaban unos 18.000 hombres. El Caney era una pequeña posición defensiva apoyada sobre el fortín de El Viso, sin artillería ni ametralladoras, con una guarnición de 550 hombres al mando del general Vara de Rey. Shafter decidió tomar esta posición con el fin de no dejar tropas españolas sobre su flanco derecho. La misión se la encomendó a la 2ª División del general Lawton, unos de 6.900 hombres apoyados por la artillería del capitán Capron.

El combate comenzó con la primera luz del día cuando los norteamericanos sometieron al fuego artillero las edificaciones y los pequeños fortines de madera de El Caney. Una hora después avanzaba la primera oleada de asaltantes que se vio frenada por las descargas cerradas que los soldados españoles realizaban con sus Máuser. Los norteamericanos creyeron que los españoles saldrían corriendo ante su aplastante superioridad numérica, pero a las nueve de la mañana ya había quedado claro que los españoles no iban a huir y además su general se paseaba impasible por las trincheras animando a sus hombres a resistir.

Las oleadas de asaltantes se sucedían una tras otra, pero las descargas de la fusilería española eran coordinadas y los rechazaron sistemáticamente. La artillería yanki cambió su posición y se aproximó a El Viso, núcleo de la resistencia, y su fuego empezó a batir con eficacia el fortín cuyos muros empezaron a ser demolidos por los impactos continuos que recibían.

Con El Viso casi destruido y ya pasadas las cuatro de la tarde un nuevo y rabioso asalto fue frenado ante los mismos muros del fortín. Vara de Rey siguió, a pesar de sus heridas, arengando a sus hombres. A las cinco El Viso fue tomado, sólo quedaban allí muertos y algunos heridos. La artillería se situó en el mismo fortín para poder batir las casas del pueblo y las trincheras, la resistencia era ya inútil y los pocos defensores que quedaban, unos 80 de los 550, se retiraron ordenadamente hacía Santiago dirigidos por el Teniente Coronel Puñet.

Sobre el campo de batalla quedó el cuerpo sin vida del general Vara de Rey; herido en ambas piernas sus hombres habían intentado retirarle de la línea de fuego pero los norteamericanos, en un acto muy poco honroso, dispararon sobre el general y sus dos camilleros matando a los tres; en la batalla también murieron dos hijos del general Vara de Rey.

Lawton había calculado 1 hora, 2 como máximo, para que sus casi 7.000 hombres desalojaran a los 550 españoles de El Caney; necesitó cerca de 12 horas.

El general Vara de Rey recibió la Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo.





ORDEN DE BATALLA



DESTACAMENTO ESPAÑOL:



General Joaquín Vara de Rey y Rubio



Regimiento de la Constitución nº 29: 3 Compañías

Guerrillas: 1 Compañía

Regimiento de Cuba: 40 hombres

Movilizados: 50 hombres

TOTAL: 550 hombres





FUERZAS NORTEAMERICANAS:

2ª DIVISIÓN:

Brigadier-General H.W. Lawton



I BRIGADA

Brigadier-General W. Ludlow

8º Infantería , 22º Infantería, 2º Voluntarios de Massachussets: 2.324 hombres

II BRIGADA

Coronel Evan Miles

1º Infantería, 4º Infantería, 25º Infantería: 1.457 hombres

III BRIGADA

Brigadier-General A.R. Chaffee

7º Infantería, 11º Infantería, 17º Infantería: 2.026 hombres

BRIG. INDEPENDIENTE

Brigadier-General J.C. Bates

3º Infantería, 20º Infantería: 1.092 hombres

BATERÍA DE ARTILLERÍA

Capitán Capron

4 cañones de 81 mm

TOTAL: 6.899 hombres

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