YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

martes, 13 de marzo de 2012

Nicolás Borrás:Tabla central del retablo del Bautismo de Cristo


Tabla central del retablo del Bautismo de Cristo Nicolás Borrás 
Siglo XVI
Colección particular



Nicolás Borrás Falcó (1530- 1610), Nacido en Cocentaina (Alicante), Nicolás Borrás fue hijo de Jerónimo Borrás, sastre de profesión, y de Úrsula Falcó. Parece probable, por lo que él mismo declaró en alguna ocasión, que se formase en Valencia en el taller de Juan de Juanes, a quien años después llamaba preceptor y queridísimo maestro, en compañía de un hijo de éste, Vicente Joanes, con quien más adelante aparecerá relacionado.

Las primeras noticias de Nicolás Borrás como pintor datan de 1558 cuando se encontraba trabajando en la conclusión del desaparecido retablo mayor de la iglesia del Salvador en su próspera localidad natal. Recibió las órdenes sacerdotales hacia 1560 y consta que en 1569 obtuvo licencia como confesor de clérigos y seglares. Esta nueva ocupación no le hizo abandonar la pintura, que continuó practicando en su localidad natal, a la que siguió vinculado intermitentemente y donde dejó diversas obras en la iglesia de Santa María, el palacio condal y el convento franciscano de San Sebastián. Al mismo tiempo se desplazaba por el reino de Valencia entregado a la realización de retablos para iglesias y conventos, conservándose entre otros el retablo de los Misterios del Rosario pintado para el convento de Santo Domingo de Orihuela, o el de las Ánimas de la Concatedral de San Nicolás de Bari en Alicante, fechado en 1574, en el que siguió una tipología muy difundida en Valencia en el siglo XVI y que el pintor abordará en alguna otra ocasión, como en el retablo parcialmente conservado de la iglesia de Santa María de Cotalba (Museo de Bellas Artes de Valencia).

Trabajando, al parecer, en el monasterio de Cotalba (Gandía), se sintió atraído por la vida monástica e ingresó a los 45 años en el mismo monasterio jerónimo donde un año después, en 1576, hizo testamento y profesó como monje. Pintó en él su retablo mayor, concluido en 1579, y varios retablos menores junto con otras pinturas para distintas dependencias, pinturas que en su mayor parte fueron transferidas, tras la desamortización de Mendizábal, al Museo de Bellas Artes de Valencia donde se conservan en parte almacenadas debido a su tamaño.

Su inquietud espiritual le llevó a pasarse a la orden franciscana durante un breve período, no tardando en retornar a su monasterio de Cotalba del que ya sólo se ausentaría por razones de trabajo. Así, en 1582 estaba en Bocairente con Miguel Joan Porta, tasando el retablo que había dejado inacabado Juan de Juanes y terminado su hijo Vicente Joanes. En 1588 se encontraba en el monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes (Valencia), para el que pintó, entre otras obras, el San Miguel del retablo de la Concepción y un Cristo a la columna en el claustro (actualmente en el Museo de Bellas Artes de Valencia), asunto que repetirá en la iglesia de San Nicolás de Valencia y en el convento de los franciscanos de Cocentaina. Según Orellana dejó también su autorretrato en la celda del prior, ante una imagen de la Virgen. En 1591, de nuevo en Valencia, asistió a la consulta que la Generalitat Valenciana hizo a los mejores pintores de la ciudad y del reino acerca de la decoración de la Sala Nova del Palau de la Generalitat Valenciana.

Su estilo monumental y devoto, anclado en los modelos de los Macip, le proporcionó gran cantidad de encargos en iglesias y conventos, a los que pudo atender gracias a las dispensas concedidas por sus superiores en el monasterio de San Jerónimo de Cotalba, principal beneficiario de los ingresos proporcionados por su ingente trabajo. Debido a ello, y a las numerosas concesiones que Borrás había hecho al monasterio, en 1601 la comunidad acordó celebrar cincuenta misas todos los años por su alma e incluirlo en la lista de los benefactores del monasterio.

Fue sacerdote desde temprana edad y educado intelectualmente en la capital, donde en 1576 decidió entrar como monje jerónimo en Cotalba (Gandia), un convento que decoró con una gran cantidad de obra, entre ella el retablo mayor (1579).

Desde el último tercio del siglo XVI, se le pidió consejo en las grandes empresas artísticas valencianas, como la decoración de la Sala Nova de la Generalitat. Por otro lado, trabajó para edificios tan emblemáticos como el Palau Real y el monasterio de San Miguel de los Reyes. Su fama no cesó hasta su fallecimiento.

Las últimas obras documentadas de Borrás son las que realizó entre 1602 y 1604 para el convento franciscano de San Sebastián en su Cocentaina natal, aunque parece que aún pudo seguir en activo hasta 1608. Murió en Cotalba (Gandía) el 5 de septiembre de 1610.

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