YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

miércoles, 26 de enero de 2011

El Palacio Real de la Magdalena





El Real Palacio de la Magdalena está situado en la península de la Magdalena, frente a la isla de Mouro, en Santander (España), y fue construido entre 1909 y 1911, por suscripción popular, para albergar a la familia real española. Obra de los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega, se enclava en el lugar donde estuvo un antiguo fuerte de Santander, que protegía la entrada a la bahía. Fue amueblado en 1913, pasando de inmediato a ser residencia de verano del rey Alfonso XIII y su familia, quienes lo ocuparon regularmente hasta la proclamación de la II República. En 1914 fueron proyectadas las caballerizas por Javier González Riancho. Las mismas emulan a un poblado inglés medieval con tejados puntiagudos de vertientes pronunciadas, entramados de madera vista, etc. En 1982 fue declarado monumento histórico-artístico. Entre 1993 y 1995 fue rehabilitado por el ayuntamiento de Santander, según proyecto de Luis de la Fuente.

Como antigua residencia real, tiene como antecedente la proyección de una anterior en el Sardinero, frustrada por la revolución que estalló en 1868,para fijar con un edificio el veraneo real y burgués que se estaba repitiendo por aquellos años, que promovió el crecimiento de la ciudad. Y como dice Peter Burke:

Desde ese momento, y hasta el verano de 1930 incluido, el Palacio de la Magdalena de Santander es sede real y punto de atracción social y política para periodistas y políticos, para la vida pública española.
Doña Beatriz de Borbón se refiere a los veraneos de la familia real en el palacio de esta manera:

Pero a mí donde más me gustaba ir era al Palacio de la Magdalena en Santander, porque allí éramos más libres, hacíamos una vida completamente como «particulares».
Sin embargo, la infanta critica la rehabilitación de finales de siglo, lo que da una idea de las profundas reformas, además de la adecuación para oficinas y salas de reunión, que ha sufrido el edificio como sede de la universidad internacional.

Fuimos a Santander, que no había visto desde que nos marchamos en 1931, más de 70 años (...). Vi el Palacio de la Magdalena... el palacio me pareció, ¡un horror...! No me hables... Lo han cambiado, arriba está bien pero abajo no había por qué cambiarlo, porque estaba todo muy simpático. Han hecho una escalera enorme con muchos adornos, no sabes lo horrendo que es, con las puertas de cristales de colores (...). Pero por fuera está igual que antes, ¡fantástico!
Don Juan de Borbón vendió el palacio al ayuntamiento de Santander en 1977, volviendo así a su propietario inicial, aunque previamente ya había sido requisado durante el período republicano para instalar la Universidad Internacional.

En 1918 comenzaron a impartirse en el palacio cursos de verano, como lo demuestra el convenio con la Universidad de Liverpool. Éstos fueron el germen de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, nacida de una original Universidad Internacional de Verano de Santander (23 de agosto de 1932), que tomó el palacio como sede desde el principio, según el decreto firmado por el entonces presidente de la II República, fruto del empeño de Fernando de los Ríos y Francisco Barnés.Su primer presidente fue Ramón Menéndez Pidal, y su primer secretario Pedro Salinas.

Tras la Guerra Civil la Universidad Menéndez Pelayo se instaló en el Hospital de San Rafael, volviendo al palacio a finales de 1949. Desde entonces se han celebrado en el palacio multitud de conferencias y talleres importantes a nivel mundial, exposiciones, certámenes musicales, etc. Un ejemplo de ello es la reunión que en 1952 dio lugar al CEDI.

Se trata de una obra de estilo ecléctico, que combina influencias inglesas, patentes en la disposición de las masas exteriores, abundancia de las chimeneas, forma de los ventanales, etc., con aportes de estilo francés, como la escalinata de doble tramo de la escalera principal, la asimetría de los cuerpos del edificio, etcétera, además de trazas tomadas de la arquitectura barroca montañesa.Su construcción popularizó un subestilo ecléctico-regionalista en Cantabria, cuyo mayor exponente es el mismo palacio, y que parte del palacio pintoresquista inglés de los Hornillos.

El esquema planimétrico se basa en un cuerpo alargado de 91x21 m., con otro que sale al norte, de 20 m. de lado. Sus alzados son asimétricos y la multitud de entrantes y salientes dan la sensación de que consta de varios cuerpos maclados.

Consta de dos entradas, una al Norte para carruajes, con pórtico, y otra al Sur, que es la principal, con dos torreones de planta octogonal y una escalinata de dobles tramos. El edificio es de piedra de mampostería procedente de Cueto,y tiene cubiertas de pizarra. En el interior destacan los salones de recepción conservando algunos cuadros de interés, de autores como Benedito, Sorolla, Sotomayor, etc.

La construcción del palacio, desde entonces símbolo de la ciudad, tuvo tres efectos inmediatos: fijar Santander como lugar de veraneo para la alta clase española, difundir su estilo ecléctico montañés-inglés, elevando la calidad de las nuevas arquitecturas de la ciudad, y desviar hacia él el crecimiento urbanístico.

El premiado Plan General de Ensanche Noroeste y Este para Santander, que el propio Lavín firmará en 1910, amplía los efectos urbanos de esta situación y consolida la definitiva inversión de las líneas de crecimiento: la extensión de la ciudad, que no se dirige ya hacia la zona del ensanche en Maliaño ampliando el espacio portuario, sino que se extiendo por los aledaños del Sardinero (...) reflejando la confianza en un futuro económico basado en la actividad turística.
El Palacio de la Magdalena ha sido el mágico talismán que transforma aquellos rincones, urbanizándolos.
Paradigma de este nuevo crecimiento es la Avenida Reina Victoria, rodeada de árboles, pequeños jardines y mansiones, situada a gran altura sobre la playa de los Peligros, que une el centro de Santander, bordeando la costa, con la península de la Magdalena y el Sardinero. Así, la crisis portuaria de la ciudad, que vivía del comercio naval, se suplió gracias al auge del turismo.

El complejo de las caballerizas fue construido por Javier González Riancho en 1914 en torno a una plazoleta, en un terreno llano junto a la playa. Sus cuerpos, a modo de pueblecito rural idealizado con torretas y tejados apuntados no exentos de ciertas trazas georgianas, tienen dos alturas. Cuando se instaló allí la universidad fueron convertidas en una residencia de estudiantes.Las mismas, antes de su cesión a la universidad en 1949, fueron utilizadas como prisión, que a pesar de no tener malas condiciones higiénicas relativas llegó a contener 1.600 reclusos, cuando habían sido planteadas para 600. En 1977, con la compra de la península por parte del ayuntamiento de Santander, se le permite a la universidad utilizar tanto el palacio como las caballerizas, quedando el resto de la península como parque público municipal.

Hoy la primera planta está dedicada a salas de conferencias modernamente equipadas, con salas de traducción, proyectores, etc.También disponen de comedor.

Curiosidades

En el marco de las revueltas obreras de 1911 en Santander, el palacio sufrió parones en su construcción por culpa de las huelgas de sus canteros, no pudiendo ser entregado a la realeza hasta 1912.
La mesa del comedor, de madera, es una de las más largas de España, y sirvió en una ocasión para grabar un anuncio de un limpiador, en el cual un hombre se tiraba sobre ella y se desplazaba resbalando hasta el final.
El palacio aparece mencionado en un poema de José Hierro, enamorado de Santander, cuando dice:
La Magdalena. Soles. Sueños.

Mil novecientos treinta y nueve,
¡comenzar a vivir de nuevo!
Y luego ya toda la vida.


Y los años que no veremos.
Miguel de Unamuno; empieza hablando del lugar: «Contemplando desde aquí, desde esta atalaya del peñón costero de la Magdalena, Santander».Treinta y dos de sus poemas fueron recopilados por sus amigos en un libro titulado Cuadernos de la Magdalena, compuestos mientras estaba en la Universidad Internacional de Verano.
También es visitado y mencionado por otros autores ilustres, como por ejemplo Manuel Toussaint en Excursiones desde Madrid o el cántabro Gerardo Diego, que lo pone como fondo para algunas de sus escenas.

http://es.wikipedia.org

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