YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

viernes, 14 de marzo de 2014

Enrique Gran


«La pintura, además de ayudarme a vivir, me sirve para intentar encontrar la verdad». La frase es de Enrique Gran, pintor santanderino fallecido en 1999, a la edadd de 70 años, a causa de un incendio en su casa estudio de la calle Treviana de Madrid.Gran pertenecía a una generación ilustre de pintores, estudiantes todos en la Academia de San Fernando a comienzos de los años 50, como Lucio Muñoz, Julio L. Hernández y Antonio López. Con éste, amigo íntimo suyo, apareció en la película de Víctor Erice 'El sol del membrillo'. Aportó a la plástica española una peculiar interpretación de lo abstracto.

¿Ha sido Enrique Gran la figura más enigmática y romántica de su grupo y hasta de su tiempo? Es seguro que sí». Con esta afirmación comienza el artículo del Francisco Nieva publicado en diciembre de 2004.
Gran no sólo está considerado como uno de los mejores artistas plásticos de su generación sino que ha protagonizado una de las más brillantes y personales trayectorias de la pintura española, avalada por los principales críticos de arte, como Calvo Serraller.
El pintor santanderino estuvo vinculado a la generación de artistas como Antonio López García, Lucio Muñoz, María Moreno, Julio López Hernández, Amalia Avia, Isabel Quintanilla.
En 2005 y 2006, gracias al apoyo de la Consejería de CulturaGobierno de Cantabria y de la Obra Social de Caja Cantabria se acometió un proyecto de rescate de su obra y su memoria, coordinado y comisariado por la sobrina del pintor Begoña Merino Gran y por Raúl Reyes, que permitieron disfrutar y descubrir para muchos el mundo de Gran, a través de tres exposiciones tituladas 'Viajando entre mundos' ,'Visiones fantásticas' y 'El hacedor de sueños' en el Centro Cultural de la Caja, Palacio de Santillana y Centro de Estudios Lebaniegos. Las muestras retrospectivas tuvieron un éxito unánime.
En dichas muestras además de una importante selección de sus óleos más emblemáticos, se expusieron dibujos inéditos del artista que junto a sus escritos también inéditos dieron una visión absolutamente global de su apasionante vida interior. Todo ello está recogido en una monumental publicación editada por Caja Cantabria y Consejería de Cultura y en la que colaboraron personalidades de la cultura y el arte como Amalia Avia, Francisco Nieva, Carlos Galán, José Luís Ocejo, Salvador Carretero, Leopoldo Rodríguez Alcalde, Antonio López y Víctor Erice.
También hay que destacar el papel, absolutamente conmovedor y expresivo de este polifacético y carismático artista, que dio al cineasta Víctor Erice una de las mejores escenas de su película 'El sol del membrillo', filme que Gran protagoniza junto al pìntor Antonio López, que fue premiado en el Festival de Cannes.

Sus obras se encuentran en museos y colecciones de todo el mundo como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Storm King Art Center de Nueva York y el Museo de la UNESCO de Nairobi.

Fuente: www.eldiariomontanes.es

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