YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Falleció Vicente Camus, el 'Legionario del Faro de Cabo Mayor'



Foto:http://elabanderadofalangista.blogspot.com.es/


J. C. F.-G./http://www.eldiariomontanes.es 


 Si un turista pasa por Santander no debe dejar de acudir al faro de Cabo Mayor y a la terraza del bar El faro. Allí ha estado al pie del cañón Vicente Camus San Emeterio, Vicente 'el legionario'. Falleció el domingo. Una institución hostelera ha desaparecido. Tenía el diploma de honor del Asociación de Hostelería de Cantabria, en reconocimiento a su trabajo. Esa distinción, que le fue concedida en el año 2003, le llenó de orgullo. A él, a su esposa Matilde, a su hijas Mati y Mercedes y a sus hijos Pablo y Vicente. La terraza con mejores vistas de Santander pierde a su capitán 'el legionario', un personaje de temple que aguantó allí exhibiendo con orgullo su pasado y el de la Legión. En su funeral, ayer en Cueto, pueblo donde nació hace 76 años, su féretro estuvo cubierto con la bandera de España y sonó el himno de la legión. El bar, cafetería y terraza El faro (califíquese el establecimiento como se quiera) abrió en 1945 y fue reformado en 2009. Su terraza era el orgullo de Vicente porque por ella han pasado decenas de famosos que se quedaban extasiados con las vistas. Enseña de Vicente: atención, educación y limpieza. Así logró que en la terraza se juntaran encorbatados y hippies para disfrutar de la costa norte y de los productos del bar: su tortilla y sus rabas, mejillones croquetas, gambas, bocadillos, raciones... Vicente, dicen quienes le conocieron bien, era un hombre generoso, abierto y entusiasta. Aquello era un desierto cuando él se estableció en el faro, casi en plan chiringuito. Hoy es otra cosa, con sus hijos y su esposa al frente del negocio. Pero en las paredes cuelgan las fotos del padre, los reportajes que le hicieron los periodistas y las figuras de legionarios. Siempre será el bar de Vicente 'el legionario', el que sirvió en el Sáhara. Para la historia de Santander quedan las veces que emprendió charla con quienes miraban desde el faro abajo con intención que quitarse la vida. Para ellos, Vicente fue su ángel salvador.

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