YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Juanito, torero...

Homenaje a Juan Gómez "Juanito",  histórico jugador del Real Madrid y Aficionado Práctico Taurino


Sol de justicia. Cuatro menos veinte de la tarde en Chamartín. 
 Vicente del Bosque acarició la cabeza de aquel chaval. El golpe de calor se había convertido en una bendición. Nunca olvidará la sonrisa de Juan Gómez, ‘Juanito’, y aquella invitación con la mirada limpia a salir juntos al estadio. Mientras, los jugadores saltaban al césped, caminando alrededor del campo, el niño sentía que daba el ‘paseíllo’ de su corta vida sobre la arena color albero. Aunque los aplausos no fueran para él, daba saltos de alegría volviendo a su lugar, desde el que veía el fútbol de puntillas, entre las rendijas de la valla. Aquel día se prometió a sí mismo que siempre jugaría con el ‘siete’ a la espalda.

Aquel Bernabéu tenía todo como templo del fútbol y algo de plaza de toros. El tendido del ‘7’ de La Monumental de Las Ventas, es el sector más crítico de la plaza. Aunque tampoco fue fácil para Juanito, acabó metiéndoselos en el bolsillo. Era el clásico español de la época: “Moreno, bajito y ‘echao palante’”. En él se confundían varios ‘yos’. El niño de Fuengirola, con su arte andaluz; el chaval forjado en campos de tierra y tacos afilados; el díscolo generoso capaz de matar por un compañero; el cachondo mental capaz de levantar al más deprimido y el ‘pronto’ del genio capaz de perder el norte.
En aquel ascensor del señorial hotel de Munich, Juan Gómez, ‘Juanito’, apretó el botón para subir a la sexta planta, miraba al suelo y negaba con la cabeza. ¿Cómo he podido hacerle eso a un compañero de profesión? Se refería al doble pisotón a la estrella del Bayern de Munich, Lothar Matthaus.
Juanito era dual. Transparente, siempre de frente y dispuesto a partirse la cara o el corazón por el que vestía su camiseta. Como futbolista era igual. Explosivo, pícaro, regalaba energía, ‘supersónico’ según el mítico Héctor del Mar.
Se cayó mil veces, se levantó novecientas noventa y nueve. Puso el pulgar hacia abajo ante 100.000 yugoslavos, con la camiseta de España, el día que ‘La Roja’ logró la clasificación para el Mundial 78 y una voladora botella de cristal le reventó en la cabeza; escupió a Stielike, ya jugador del Neuchatel, por criticar a los que hicieron la guerra por su cuenta en la final del 83 ante el Aberdeen. No parecía ejemplo de casi nada y, a la vez, era ejemplo de casi todo

Era un derrochador, pero siempre para los demás. Tenía una generosidad insensata. Por su manera de jugar, de sentir, de pelear, de vivir, siempre fue un gran seductor. Disfrutaba igual dando pases a Santilllana ante 90.000 personas que dando pases a una vaquilla, de manera furtiva en cualquier finca. Su carrera futbolística no pudo tener mejor epílogo, vestido con los colores del Málaga, le cortó la coleta su amigo y torero Curro Romero.

 Y participó, como Aficionado Práctico, en un Festival taurino, con Antonio José galán. Le enseñó las fotos a los directivos del Real madrid, que lo multaron con 300.000 pesetas de la época, por poner en peligro la integridad física de una máxima figura del fútbol nacional. Genio y Figura!!

Y es que ya no se fabrican futbolistas con esta pasta...

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