La regata de Nueva York a Santander (3.055 millas) participaron nueve embarcaciones; goletas de dos y tres palos que precisaban para su maniobra de una tripulación numerosa, como el ‘Atlantic’, que ostentó durante muchos años el récord de la travesía del Atlántico, o el barco ganador –el ‘Helen’– que contaba con 51 tripulantes, profesionales en su inmensa mayoría. En la memoria de esta regata queda consignado el hecho de que para zarpar de Santander el ‘Helen’ tuvo que hacer una leva de nuevos marineros ante la negativa de su tripulación a continuar viaje con el mismo sueldo.
Aquella regata fue un hito histórico que viene recogido en los anales de la navegación de la época y con la que se cerró la edad dorada de los grandes yates.
Texto:http://www.cantabriaeconomica.com/
YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.
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