Foto: Gente de El Puerto
«Jándalo» quiere decir sencillamente andaluz...[...]...El Jándalo es una institución secular en la vida rural de la Montaña, y excede en interés con mucho al indiano desde el punto de vista humano, aunque las dimensiones de la hazaña económica del indiano sean superiores… Hay pueblos enteros de jándalos, como Ruiseñada, en las proximidades de Comillas... Y como Ruiloba…Los jándalos han impreso su carácter en estos pueblos, donde se cultivan los geranios y las malvalocas más hermosas que se puedan hallar en el mundo. No hay muchos jándalos en Liébana desde el siglo XVIII. Viene luego la gran región formada por los Valles de Val de San Vicente, Valdáliga, Cabuérniga y Reocín, verdadera cuna del jandalismo. Campoo, otro gran valle fronterizo, emigra a Castilla la Llana y a Madrid. Valdeiguña, Camargo, Pas y los Cudeyos, dan mucho contingente al indiano. En cambio, Toranzo es otro enclave del jandalismo, que va desapareciendo hacia Oriente, hasta extinguirse a la otra orilla del Asón. Antes, hemos encontrado otro renacimiento del jandalismo hacia Siete Villas, que ha dado ilustres jándalos y fundado linajes muy campanudos en Andalucía. Yo no recuerdo ahora de ningún hospital ni casi de ninguna escuela —salvo las de Igareda en Valdecabezón— que se deban a los jándalos. Pero el jándalo ha introducido en la vida rural de la Montaña modos alegres y gratos de vida. Por ejemplo: la arquitectura aldeana les debe la importación de la reja y del tejadillo sobre las puertas y los balcones. La vida diaria le debe el amor a las flores y a los estragales húmedos y regados, con muchas enredaderas que a veces constituyen verdaderos jardines colgantes».
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