Es una cesta o canasto típica de Cantabria, cuyo uso general es el transporte de materiales tales como hierba, quesos, maderos, etc., o en el caso del cuévano niñero (también llamada cuévana) para transportar bebés.
Elaborada en mimbre, junco o madera de avellano, en este último caso debe cortarse en luna menguante para su durabilidad, se deja curar la madera ocho días, luego las varas se calientan para después cortarse las varas por la mitad y comienzar a tejer el cesto cuidando la disposición del veteado para aprovechar bien la vara. Puede ser abierta o cerrada y suele contar con un asa central para facilitar su manejo.
Tipos de cuévano son:
Giro/bombo: Es el mas grande y se emplea para transportar cargas de hasta 100 Kgs.
Romeralo: De uso común en San Pedro del Romeral, siendo el más fuerte de todos los cuévanos.
Coverturu: o cuévano de traficar o cobertura, usado para la venta de queso y manteca principalmente. Sirve como almacén y estantería y se compone de dos piezas, volante o trastienda y traficante o aparador.
Cuévana: o cuévano niñero. De origen pasiego y de construcción especialmente delicada, es más largo que el "coverturu" y con una "carpancha" más alargada y estrecha. En él transportaba la madre pasiega a sus niños en sus quehaceres diarios, dentro se dispensa un colchoncillo y almohada. Al pequeño se le cubre con mantas de lana fina y sábana o colcha de color con flecos y se adosa un aro en la cabecera a forma de dosel, con la cobertura de tela para protegerle del frío, del sol o de los insectos. Suele ser la mas ornamental de los cuévanos.
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YO soy mucho de la Montaña. Soy de la Montaña de toda la vida. De la mar de Castilla. De la que crió a media España con el Pelargón que Nestlé hacía en La Penilla. Soy de la Montaña del sobao pasiego.La que inventó la emigración antes que nadie y eso de los emprendedores antes que existiera tal palabra. Hablo de la Montaña de los montañeses de Sevilla y de los chicucos de Cádiz. La de los jándalos que se vinieron a trabajar a Andalucía con pantalón corto, se pasaron la vida detrás del mostrador de un almacén de ultramarinos o de una tienda de comestibles, durmieron debajo de ese mismo mostrador sin quitarse el babi de crudillo, ahorraron y cuando tuvieron un dinero se establecieron como comerciantes, con tiendas que pregonaban poemáticos nombres en recuerdo de su tierra: El Valle del Pas, La Flor de Toranzo, La Gloria de Villacarriedo. Esa es mi Montaña, qué Cantabria ni Cantabria.ANTONIO BURGOS.
sábado, 15 de noviembre de 2014
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