Evangelio
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre. Y el tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero Él le contestó diciendo:
«Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».
Entonces el diablo lo lleva a la Ciudad Santa, lo pone en el alero del templo y le dice:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Encargará a los ángeles que cuiden de ti y te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece con las piedras».
Jesús le dijo:
«También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios».
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole todos los reinos del mundo y su esplendor, le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo darás culto».
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Mateo 4, 1-11
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